La Divinidad Universal
- Juan M Tavella
- Mar 5, 2019
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Estos también, los caídos y los marginados, los ignominiosos y los innobles, los enfermos y los que sufren, no son más que lo Divino en diferentes formas. Él viene a nosotros no solo con la visión y el pensamiento que se arrastran detrás de vestiduras de gloria y luz. También viene a nosotros como el enfermo, el desamparado, el solitario; es Él quien lleva las máscaras de los jóvenes y de los viejos, el hombre encorvado que camina con su bastón es Él, el animal que está tendido en el barro es Él. La planta y el árbol que cortamos sin piedad para satisfacer nuestra necesidad de refugio y herramientas también es Él. No, Él está tanto en las galaxias y estrellas distantes como en el humilde polvo que yace debajo de nuestros pies. Es su vasto cuerpo el que pisamos cuando pisamos la tierra. Es en Sus alas que volamos cuando llegamos a los cielos. Es en Sus aguas de vida que navegamos cuando navegamos en un bote o nos sumergimos en las profundidades del mar. Debemos adorar a Aquel que habita en el vasto templo del universo y, sin embargo, hace del más pequeño de los átomos Su sublime morada. A Él debemos levantar nuestros brazos en oración quien habita en todos como la Vida de su vida, la Inteligencia de su inteligencia, el mismo Cuerpo de sus cuerpos. Hay un solo cuerpo del cual estos innumerables cuerpos son como células vivas.
Debemos orar a Aquel que está más allá de todos los credos y sectas, a quien las religiones no conocen porque lo han encerrado en dogmas y cerrado Sus puertas con miedo, cerrando Su incansable Gracia que puede alcanzarnos en cualquier lugar y en todas partes. Debemos orar a Aquel que nuestra Ciencia no conoce, ya que creen que está atado por sus fórmulas y procesos y el mecanismo de una máquina. Debemos adorar a Él, quien habita para siempre en el corazón más íntimo de todas las criaturas y está sentado dentro de nuestras almas como la más maravillosa y maravillosa Presencia. Debemos orar a Aquel que responde al más leve de los susurros que le envía la vida que lucha bajo las estrellas. Cuando hayamos aprendido esta lección que Él está tratando de enseñarnos, entonces seremos libres del miedo a la muerte y, de hecho, de todos los miedos, ya que detrás de todas las cosas terribles y hermosas, peligrosas y placenteras veremos al Único Divino Amado brillando a través de innumerables formas. .
Alok Pandey
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