El objetivo de este Yoga
- Juan M Tavella
- Jun 10, 2020
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El objetivo de nuestro Yoga es abrir la consciencia a la Divinidad y vivir en la consciencia interna más y más mientras actuamos desde ella sobre la vida exterior, para traer el Ser Psíquico al frente y mediante el poder del Psíquico, purificar y cambiar el ser para que pueda prepararse para la transformación y en unión con el Conocimiento, Voluntad y Amor Divinos. En segundo lugar, desarrollar la consciencia Yógica, por ejemplo, universalizar el ser en todos los planos, volverlo consciente del ser cósmico y las fuerzas cósmicas y estar en unión con la Divinidad en todos los planos hasta la Sobremente. Tercero, entrar en contacto con el Divino trascendente más allá de la Sobremente a través de la consciencia Supramental, supramentalizar la consciencia y la naturaleza y volverse un instrumento para la realización de la Verdad Divina dinámica y su transformador descenso en la naturaleza terreste.
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El Espíritu es la cúspide de la existencia universal; la Materia su base; la Mente es el puente entre ambos dos. El Espíritu es aquello que es eterno; la Mente y la Materia son sus manifestaciones. El Espíritu es lo que está escondido y debe ser revelado; la mente y el cuerpo son los medios por los cuales busca revelarse a sí mismo. El Espíritu es la imagen del Señor del Yoga; la mente y el cuerpo son los medios que él proveyó para reproducir esa imagen en la existencia fenoménica. Toda la Naturaleza es un intento de una progresiva revelación de la Verdad oculta, una más y más exitosa reproducción de la imagen divina.
Pero lo que la Naturaleza busca realizar para la masa en una lenta evolución, el Yoga lo consigue para el individuo mediante una revolución rápida. Trabaja por una aceleración de todas sus energías, una sublimación de todas sus facultades… la Naturaleza busca la divinidad en sus propios símbolos: el Yoga va más allá de la Naturaleza hacia el Señor de la Naturaleza, más allá del universo hacia el Trascendente y puede volver con la luz y el poder trascendental, con el fiat del Omnipotente.
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Aquí el alma vive en un universo material; sólo de eso es inmediatamente consciente; la realización de sus potencialidades en ello es el problema que le concierne. Pero la materia significa la involución del deleite consciente de la existencia en una fuerza de auto-olvido y en una forma de sustancia auto-dividida, infinitamente atomizada. Por lo tanto, todo el principio y esfuerzo de un mundo material debe ser la evolución de lo que está implicado y el desarrollo de lo que está sin desarrollar. Aquí todo se cierra desde el principio en el sueño inconsciente de la fuerza material que trabaja violentamente; por eso todo el propósito de cualquier devenir material debe ser el despertar de la consciencia fuera de la inconsciencia; la entera consumación de un devenir material debe ser la eliminación del velo de la materia y la luminosa revelación del Ser enteramente consciente de sí a su propia alma en el devenir. Siendo el ser humano tal alma aprisionada, esta luminosa liberación y llegada al auto-conocimiento debe ser su más alto objetivo y la condición de su perfección.
La perfección gnóstica, espiritual en su naturaleza, debe ser realizada aquí en el cuerpo y toma a la vida en el mundo físico como uno de sus ámbitos, aunque la gnosis nos abre la posesión de planos y mundos más allá del universo material. El cuerpo físico es, por lo tanto, una base de acción, pratistha, que no puede ser despreciada, descuidada o excluida de la evolución espiritual: una perfección del cuerpo como instrumento externo de una vida divina completa en la tierra será necesariamente una parte de la conversión gnóstica.
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