Despertar el Alma (1era parte)

(extracto de una charla de Kireet Joshi)

Hay una entidad dentro de nosotros, de carácter espontáneo hacia la verdad, la belleza y el bien.

Es tan espontánea como lo es el cuerpo, como lo es la fuerza vital. Pero el cuerpo y el vital no son espontáneos hacia la verdad, la belleza y el bien, mientras que el Ser Psíquico se mueve hacia la verdad, la belleza y el bien. En el ser vital o en el ser físico todos nuestros instintos son espontáneos, y la mayoría de nosotros vivimos una vida física y vital con instintos e impulsos que son espontáneos; no necesitamos entrenarlos.

El hambre, por ejemplo, el hambre física, es espontánea y uno quiere comer, a uno le agrada comer, disfruta la comida; es instintivo, espontáneo. Similarmente, hay espontaneidad en el alma pero su alimento real es el bien, si alimento es la belleza, la verdad.

Esta inclinación espontánea hacia la verdad, belleza y bien, es la primera marca distintiva de la naturaleza del alma. Todos los seres humanos, desde que tienen la presencia del alma en ellos, a veces sienten su presencia. Por momentos se sienten espontáneamente inclinados hacia la verdad, la belleza y el bien.

Atestiguas la acción heroica de alguien y lo admiras; es una respuesta psíquica, del alma. Encuentras a alguien diciendo algo verdadero y te sientes elevado; es una respuesta del alma. Ni siquiera piensas por qué es bueno o malo, ni nada; simplemente por la fuerza de la verdad hay una reacción natural a ello. Puedes ver un hermoso atardecer y sientes admiración, sientes el mundo entero acelerado, todo lo encuentras maravilloso y la escena completa se vuelve una experiencia de belleza: es una respuesta del alma.

Tales experiencias las tenemos todos de vez en cuando, sin reconocer que su fuente está en el alma. Pero cuando estas respuestas del alma empiezan a infiltrarse más y más en la mente, la vida y el cuerpo, constituyen una especie de influencia.

Así es como somos volcados hacia el alma, pero sin advertirlo mentalmente. A menudo esto permanece toda la vida siendo una mera influencia y nada más, no tomamos provecho de esto, volvemos en seguida a nuestras actividades mentales, físicas, vitales. Pero si el impulso hacia la verdad que viene del alma se vuelve muy poderoso entonces nos volvemos buscadores de la verdad. Incluso mentalmente nos volvemos grandes pensadores y nuestra personalidad mental se vuelve poderosa. Si el impulso hacia la belleza se vuelve poderoso nos volvemos artistas. Similarmente, si nuestro impulso hacia el bien se hace fuerte nos volvemos heroicos, éticos, buenos, como un sabio, un santo. Tales personalidades empiezan a desarrollarse en nosotros.

Si bien esta raíz está en el alma, lo hemos aprovechado poco, hemos cavado un poquito y le dimos forma a través de la mente, y en alguna medida permitimos que estas influencias vayan al vital, y al cuerpo también. Si me he vuelto muy artístico, mi forma de vestir va cambiando. Empiezo a buscar la perfección física también , trato de hacer mi cuerpo más balanceado como sea posible. Incluso mis impulsos vitales los expreso bellamente, empiezo a escribir buena poesía, poesía amorosa, poesía devocional, de belleza en varias formas, y así. Entonces esto tiene un efecto sobre la mente, el vital y el físico.

Es sólo cuando nuestra mente empieza a volverse más clara sobre la presencia del alma como algo diferente de sí, cuando un cambio más fundamental sucede en nosotros. De una influencia que venía a nosotros del ámbito superior del alma, empezamos a ser atraídos a ella y empezamos a vivir en ella. En este proceso, incluso la claridad mental sobre el alma se vuelve útil. Por ejemplo, el tipo de descripción dada aqui puede ser de ayuda; si hay claridad sobre eso entonces la mente se vuelve más conciente de ella y empieza a buscarla y al buscarla, puedes tocarla y empezar a habitar en ella. En otras palabras, cambias las preocupaciones de la mente, el vital, el cuerpo hacia las preocupaciones de la aspiración espontánea por la verdad, la belleza y el bien.

Este cambio es una etapa muy importante en el desarrollo humano. Esto es lo que llamo un cambio. El primer cambio psíquico ocurre cuando en lugar de estar preocupados sólo con la mente, la vida y el cuerpo, y empezamos a ocuparnos con el movimiento espontáneo hacia la verdad, la belleza y el bien.