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Consagración


No es difícil entrar en el camino espiritual por algunos medios, abandonar la vida ordinaria y tomar la espiritual.

La entrada puede estar causada por alguna relación con, o admiración o fascinación por un maestro o un buscador avanzado.

Puede llegar por la lectura de algo que crea interés en la verdad propuesta que uno desea realizar.

Uno puede recibir un golpe por la muerte de alguien o algún desastre, que de pronto corta el nudo que te ataba a la vida inferior y te libera.

Hay otras varias formas en que uno puede volcarse a la vida espiritual.


Es una experiencia universal que cuando uno se vuelca al yoga, a una vida espiritual de cualquier tipo, hay una sensación de elación, una sensación de novedad. Y uno se siente inspirado, abierto a olas de beatitud, el toque de la paz, la palpitación del poder, y mucho más.

Pero luego este período inicial pasa, hay un momento de depresión, dificultad, problemas. Eso es porque usualmente la decisión de vivir una vida superior es tomada sólo por una parte del ser: puede ser la mente despierta, puede ser el corazón emocional que se mueve hacia el maestro o el ideal que personifica, puede ser sólo una idea que captura la imaginación. Pero a menos que se tomen pasos para extender el área de esta vida espiritual, las otras partes de nuestro ser se rebelan, se ponen en huelga e insisten en volver a sus pequeños circuitos.

Uno debe tomarse el trabajo en las primeras etapas, de entrenar las otras partes del ser para que colaboren con la parte central que ha tomado esta decisión. Uno debe leer libros adecuados, acostumbrar la mente a las vibraciones más altas y entrenar el corazón para expandirse, extender sus emociones y amor, entrenar las energías vitales para dedicarse a la causa de la Divinidad, entrenar el cuerpo mismo para verse a sí mismo como un pedestal para el edificio de Dios en construcción.

A menos que este paso sea tomada para seguir la elección inicial, las cosas se empantanan. Este proceso de trabajar en detalle la decisión de entregarse a un poder superior se llama CONSAGRACIÓN.


M.P. Pandit


 
 
 

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